jueves, 4 de septiembre de 2008

DOBLE VERGUENZA

Guillermo no solo era un imán del desastre y un as de lo absurdo, muchas veces era víctima de bromas o ingenuas trampas que le tendíamos muchos de nosotros. Siempre buscando la manera que el saliera perjudicado o quedara en ridículo.

Un día común y silvestre de clases, cuando cursábamos 7° u 8° básico, salíamos a recreo y mientras bajábamos al patio uno de nuestros compañeros dijo: Oigan, Guillermo anda con el pantalón un poco rajado. Nadie había notado el rajón, porque este media unos pocos centímetros, pero nada despreciable para la oscura broma que Hansen le tenía preparada.
Llegando al primer piso y frente a la escalera Hansen comenzó a decirle a Guillermo: ¿Enfermo? ¡Que te apuesto que no podí levantar la pata más arriba que yo! Acto seguido el retador levanto la pata casi a la altura de su cabeza, asiendo alarde de sus buenos dotes para el deporte y su agilidad. Memito, siempre desafiante y contrario a su compañero, acepto el desafío diciendo: ¡Seguro que si po, que fácil! Memito levanto su pierna rápidamente, con esa elasticidad media amorfa que lo caracterizaba, y se escucho un agudo sonido que retumbo por todo el espacio: Jrrrrrr!!!!! Su pantalón se había terminado de descoser.

Memito se quedo paralizado con cara de sorpresa y angustia, cuando escucho un grito no menos a agudo que el anterior: ¿Borzacchini, cosa ai fatto? Era nuestra profesora de italiano de esos años, Andreina Caffese, que oyendo tal ruido y viendo el gesto de Memin solo imagino que nuestro querido amigo había soltado un estruendoso gas, poniéndose Guillermo muy nervioso, avergonzandose pese a no haber hecho nada semejante.

La profesora se retiro y todos nos volvimos nuevamente a Memito para ver en qué grado había salido perjudicado y la verdad queridos lectores, yo nunca en mi vida he visto algo semejante: el pantalón prácticamente se partió en dos, se rajó desde el cinturón hasta donde comienza el cierre, pero lo más increíble y que aun no me explico, es que el celeste y ajustado slip que llevaba Guillermo ese día se rajo de la misma manera, quedando con toda su intimidad al descubierto, causando aun más risas y la sorpresa de todos. Yo estuve ahí y sobreviví para contarlo.

1 comentario:

Bipe y Mashó dijo...

Jajajajajajajaja, se le rajó hasta la conciencia. Una cosa, eso sí: ¿tú crees que precisamente Memito sintió "vergüenza" por ello? Naaaaaaa... le importaba un pepino todo, por eso es la muestra más insulsa del Condorismo escolar.
Grande socio, me maté de la risa