VS.
Éstas son apenas tres historias de la maquiavélica pero solidaria relación que se forjó entre el profesor de Italiano e Storia Universale, Italo Oddone y… ése mismo, po. Maquiavélica, porque el profesor Oddone una vez que comenzó a lidiar con Guillermo, ya no pararía hasta bien entrada la enseñanza media. Solidaria, porque… eh… ¡porque cómo no va a ser solidario que un tipo regañe a nuestro más querido amigo para beneficio de nuestra risa!
EL BANCO
De una u otra manera, Guillermo siempre estaba fastidiando en clase. Ya fuera porque pegaba papelitos con saliva en el techo, jugaba uno y uno con su amigo Hansen o no tomaba apuntes. El caso es que en octavo básico (1995), un día al profesor Oddone se le colmó la paciencia. Después de haberle advertido largamente de que dejara de molestar, simplemente se acercó al banco de Guillermo, lo levantó, lo sacó por la puerta y lo instaló en el pasillo. Acto seguido, obligó a Memo (que para ese entonces había quedado sentado en medio de la nada) a tomar su silla y a salir a la intemperie.
-¿Pero cómo voy a tomar apuntes? –reclamó airado nuestro héroe.
-Es tu problema.
Así fue como lo que quedaba de clase, Guillermo tenía que levantarse del banco que estaba ubicado en medio del pasillo, entrar en la sala, mirar lo que había escrito el profe en la pizarra y volver a salir, para anotar en su cuaderno. Las burlas que le prodigaban Marcello, Pipe, Cristóbal, Hansen, Peto y Lucho cada vez que entraba eran respondidas por uno de sus dedos levantados. El que adivine cuál era se gana un premio.
EL STICK FIX
Todos, pero absolutamente todos en el salón jugamos alguna vez a hacer telarañas con el stick-fix. Simple: nos embadurnábamos el dedo pulgar e índica con la goma blanca, jugábamos con ella un rato como si se tratara de un moco y cuando comenzaba a hacerse hilachas, poníamos el stick fix de cabeza para hacerle telarañas en la parte negra que se giraba.
Se reitera: todos lo hacíamos. Pero, ¿a quién tenían que sorprender? Nuevamente, en una clase de Storia, ya más grandes (octavo básico o primero medio), Guillermo dedicaba por completo su atención a hacer telarañas mientras el profesor pormenorizaba la estructura de gobierno europeo en la Edad Media. Para comprender la gracia de esta historia, hay que tener en mente ambos planos: el profesor sentado hablando, girando la cabeza de un lado y otro (es decir, dándose cuenta de que Memo estaba haciendo telarañas) y Guillermo acometiendo la proeza del stick fix. Habla Oddone:
-Allora, ragazzi, i servi della gleba e i vasallagi non avevano privilegi, perchè nel Medioevo soltanto il Re era considerato uomo, perciò dovete tendre in conto che (y aquí su vista se centró en nuestro compañero)... GUILLERMO NON FARE CIEMEZZE!!!
¡Todo continuado!
SPORT, SPORT, SPORT
Durante una prueba de Italiano en primero medio, nuestro buen amigo Roberto Kettlum (el Peto), detuvo la redacción de su examen y miró al profesor Oddone. Llevaba una bufanda con una T.
-Profesore?
-Sí?
-Posso farli una domanda? (¿Puedo hacerle una pregunta?)
-Certo… (Claro)
-Perchè la sua sciarpa ha una T? (¿Por qué su bufanda tiene una T?)
-Perchè la persona che mi l’ha fatto mi diceva “Talo” (Porque la persona que me la hizo me decía “Talo”).
-Ahhh… entonces de chico a usted le daban mucha leche Calo… (en español original).
Eso dio pie para que de ahí en adelante nos fijáramos más en la vestimenta del profesor Oddone. Fue así como en una oportunidad, entró a la sala con un suéter azul con tres líneas horizontales blancas, que le llegaba más abajo del cinturón. En cada línea decía la palabra “Sport”. Entonces Guillermo, durante toda, pero toda la hora de clases, estuvo mirando el suéter desde la primera línea blanca hacia abajo y susurrando (la última línea hay que leerla con la entonación de Beavis, del clásico programa Beavis&Butthead de MTV):
EL BANCO
De una u otra manera, Guillermo siempre estaba fastidiando en clase. Ya fuera porque pegaba papelitos con saliva en el techo, jugaba uno y uno con su amigo Hansen o no tomaba apuntes. El caso es que en octavo básico (1995), un día al profesor Oddone se le colmó la paciencia. Después de haberle advertido largamente de que dejara de molestar, simplemente se acercó al banco de Guillermo, lo levantó, lo sacó por la puerta y lo instaló en el pasillo. Acto seguido, obligó a Memo (que para ese entonces había quedado sentado en medio de la nada) a tomar su silla y a salir a la intemperie.
-¿Pero cómo voy a tomar apuntes? –reclamó airado nuestro héroe.
-Es tu problema.
Así fue como lo que quedaba de clase, Guillermo tenía que levantarse del banco que estaba ubicado en medio del pasillo, entrar en la sala, mirar lo que había escrito el profe en la pizarra y volver a salir, para anotar en su cuaderno. Las burlas que le prodigaban Marcello, Pipe, Cristóbal, Hansen, Peto y Lucho cada vez que entraba eran respondidas por uno de sus dedos levantados. El que adivine cuál era se gana un premio.
EL STICK FIX
Todos, pero absolutamente todos en el salón jugamos alguna vez a hacer telarañas con el stick-fix. Simple: nos embadurnábamos el dedo pulgar e índica con la goma blanca, jugábamos con ella un rato como si se tratara de un moco y cuando comenzaba a hacerse hilachas, poníamos el stick fix de cabeza para hacerle telarañas en la parte negra que se giraba.
Se reitera: todos lo hacíamos. Pero, ¿a quién tenían que sorprender? Nuevamente, en una clase de Storia, ya más grandes (octavo básico o primero medio), Guillermo dedicaba por completo su atención a hacer telarañas mientras el profesor pormenorizaba la estructura de gobierno europeo en la Edad Media. Para comprender la gracia de esta historia, hay que tener en mente ambos planos: el profesor sentado hablando, girando la cabeza de un lado y otro (es decir, dándose cuenta de que Memo estaba haciendo telarañas) y Guillermo acometiendo la proeza del stick fix. Habla Oddone:
-Allora, ragazzi, i servi della gleba e i vasallagi non avevano privilegi, perchè nel Medioevo soltanto il Re era considerato uomo, perciò dovete tendre in conto che (y aquí su vista se centró en nuestro compañero)... GUILLERMO NON FARE CIEMEZZE!!!
¡Todo continuado!
SPORT, SPORT, SPORT
Durante una prueba de Italiano en primero medio, nuestro buen amigo Roberto Kettlum (el Peto), detuvo la redacción de su examen y miró al profesor Oddone. Llevaba una bufanda con una T.
-Profesore?
-Sí?
-Posso farli una domanda? (¿Puedo hacerle una pregunta?)
-Certo… (Claro)
-Perchè la sua sciarpa ha una T? (¿Por qué su bufanda tiene una T?)
-Perchè la persona che mi l’ha fatto mi diceva “Talo” (Porque la persona que me la hizo me decía “Talo”).
-Ahhh… entonces de chico a usted le daban mucha leche Calo… (en español original).
Eso dio pie para que de ahí en adelante nos fijáramos más en la vestimenta del profesor Oddone. Fue así como en una oportunidad, entró a la sala con un suéter azul con tres líneas horizontales blancas, que le llegaba más abajo del cinturón. En cada línea decía la palabra “Sport”. Entonces Guillermo, durante toda, pero toda la hora de clases, estuvo mirando el suéter desde la primera línea blanca hacia abajo y susurrando (la última línea hay que leerla con la entonación de Beavis, del clásico programa Beavis&Butthead de MTV):
SPORT…
SPORT…
SPORT…
¡BOINGGG!
Hay otras anécdotas memorables del profesor Oddone, como la de las salchichas San Jorge o cuando le echó al pasillo los zapatos a Lucho Barbieri. Quizás las repasemos en este mismo blog como bonus track en algún minuto.
3 comentarios:
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, si que te inspiraste, que buenos recuerdos, simepre le andabamos mirando la pinta al Oddone sobre todo porque deciamos que se le quemaba el arroz, JAJAJAJAJA. Sencillamente Maqueavelico y Solidario, JAJAJA
Mashó
Jajajajaa bueno, espero el del Power Ranger, compadre. Ahora no sé cuál escribo, pero quizás déjame el de cuando se le rajó el pantalón e iba pasando la Andreina. Jajajajaaja
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